LA PARIDAD MACHISTA DE ZP

El parlamento ha aprobado recientemente la conocida “ley de la paridad”, una ley que considero innecesaria y machista dado que implícitamente reconoce una desigualdad entre hombre y mujer que no existe en la vida real. Hace unos años es posible que fuese necesaria una ley de este tipo, dado que sí es cierto que en determinados ámbitos las mujeres no eran tratadas de igual forma que los hombres, eran en ocasiones menospreciadas por el hecho de ser mujeres, era en definitiva, una sociedad machista que por suerte hemos dejado atrás y han sido las propias mujeres, las que con hechos y no palabras, han dejado claro que pueden realizar todo aquello que puede hacer un hombre.

Actualmente, en las universidades las mujeres son las que sacan mejores calificaciones (en mi universidad conozco a varias chicas con expedientes realmente excepcionales y a ningún chico con un expediente tan brillante), es más, el fracaso escolar es mucho mayor entre los chicos que entre las chicas. Hay chicas tan preparadas que no necesitan la ayuda de ninguna ley y estoy seguro que ellas mismas deben avergonzarse de que el parlamento apruebe una ley que las valore por su sexo y no por su capacidad y preparación.

Sé que es un tema delicado y que lo más sencillo sería decir que la ley era necesaria y ahorrarse así que algún osado, te llame machista. Pero como no lo soy, y defiendo la igualdad de sexos considero que es una aberración obligar a una empresa a poner en sus órganos de dirección a mujeres, cuando tranquilamente podrían estar ahí sin que ninguna ley les obligara. A ellas, a las mujeres realmente preparadas, a las que saben que están ahí por esfuerzo propio y no por una ley, son a las que perjudica una ley de ésta índole porque siempre algún desalmado les podrá decir, que ostentan un cargo por ser mujer o que han llegado lejos por ser mujer, y eso lo dirá amparándose en una ley que no se hace para favorecer al sexo femenino sino para presumir de feminista.

Sólo espero que la primera Presidenta del Gobierno de España solicite al parlamento la derogación de esta ley, y pueda decir que ha llegado a ser Presidenta por méritos propios y no gracias a una ley.